lunes, 30 de junio de 2008

Tollos - Pla de Petracos

Lo bueno de vivir en Alicante es que tienes mar, sol, playas, montañas, gastronomía, etc, etc, pero además un gran patrimonio cultural y, en esta salida vamos a combinar un poco de montaña, un poco de naturaleza, otro de buen tiempo, y un mucho de patrimonio, la gastronomía depende de ti. Esta ruta no es una ascensión a un 1000, tampoco es una ruta de barranquismo a pesar que en algunos momentos pueda parecer. Empezamos en Tollos, un pueblo del norte de la provincia de Alicante y acabamos en Pla de Petracos muy cerca de Castell de Castells, donde hay un conjunto de pinturas rupestres del Arte Levantino calificado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad con más de 8000 años de antigüedad y que fue descubierto en unas fechas muy cercanas, en 1998.
La ruta forma parte del PR-V 168, la cual forma una circular alrededor de la Sierra de Alfaro, con lo que nos podemos aprovechar de las indicaciones del PR para realizar el recorrido.
La idea surgió con la intención de visitar las pinturas y además hacer de esto una excusa para conocer un poco más la Sierra de Alfaro por su cara norte, esta vez no hubo mucha información previa ni tampoco salidas de aproximación, íbamos a la aventura, suponiendo además que la ruta era corta, de no más de 10 kilómetros….eso si, con la ayuda de los mapas del Ministerio de Fomento y la Guía Senda Verda, o en su versión internet
http://www.cma.gva.es – montes, ocio y deporte – senderismo.
Para llegar a Tollos (desde Alicante), vamos en dirección Alcoy, hay que coger el desvío hacia Benilloba que hay poco antes de la entrada a Alcoy (CV70), luego Gorga (CV710), Balones (CV720), Benimassot y Tollos.
El viaje se hace largo y tiene muchas curvas, bastante más de una hora en coche, lo bueno es que podemos disfrutar del paisaje y, si tenemos suerte incluso de algo de fauna. En nuestro caso una pareja de zorros que salieron a saludar camino de Benilloba.



A la entrada del pueblo de Tollos y antes de llegar al núcleo urbano tenemos un desvío a la derecha con un cartel indicador del PR-V 168 y allí podemos aparcar el coche, o incluso un poco más adelante. Son las 10,23 horas y el sol ya está alto, va a ser un día caluroso.
De lo primero que nos damos cuenta es de que el paisaje cuajado de amapolas y flores de todo tipo promete una muy bonita ruta y también que los cálculos que hice son los típicos de la improvisación, no va a ser 10 kilómetros, serán bastantes más de 20.



La ruta sigue una estrecha pista asfaltada y que acaba en una explanada de tierra con una pequeña construcción, a partir de aquí alternamos sendero y pista de tierra.



No tenemos perdida pues cada pocos metros tenemos marcas de PR y algún poste indicador.



Al borde del camino encontramos varias masias, algunas de ellas en ruinas, en una el pozo aparece bien conservado, y en el fondo de éste descansa mi flamante parasol Tamron, prefiero no hablar más del tema, lo que si os recomiendo es que no os asoméis. Son las 11,23 horas.



Para llegar hasta Pla de Petracos hay que pasar por el barranc de Malafí, un cauce seco pero que en época de lluvia debe de llevar mucha agua como todas las ramblas que tenemos en la provincia.



Estamos en la cara norte de la Sierra de Alfaro y sorprende lo escarpada que parece, sobre todo porque la cara sur, la que divisamos no hace mucho tiempo desde La Mallá del LLop aparece lisa y redondeada.
El barranco va encajándose entre las montañas que nos rodea, el camino a veces alterna sendero y otras cauce pero que en ningún momento entraña mucha dificultad salvo la vegetación espinosa (aliagas, rosales silvestres, etc ) que abunda en estos parajes y que te puede dejar la ropa hecha un mosquero.








El camino se hace largo, es largo mejor dicho, pasamos por una presa y desemboca en un huerto que alguien ha llenado de carteles que cuelgan de los árboles con cosas como “no tocar los olivos, máxima sanción, prohibido….”, no toqué ningún olivo, palabrita del Niño Jesús.



Llegamos a una carretera, seguimos las marcas hacía la derecha, tenemos que andar un buen rato por asfalto y llega un momento que incluso pensamos que nos hemos pasado las cuevas.



Tranquilos, seguimos, pasamos al lado de alguna construcción abandonada, otras no tanto, una pequeña explanada que sirve de aparcamiento y nos aparece, a nuestra izquierda una indicación hacía las pinturas con su correspondiente explicación. Son las 14 horas y 11 minutos.


Solo nos queda disfrutar de esta maravilla, las pinturas están protegidas y el recinto perfectamente acondicionado por el MARQ de Alicante y la Generalitat Valenciana. Estas pinturas, como ya os he comentado, tienen una antigüedad de 8000 años y han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.


Se hace tarde y hay que desandar el camino y comer, nos tomamos un refrigerio al píe del Pla de Petracos y nos ponemos en marcha.
El camino ya no tiene más historia que recordar los carteles que cuelgan de los árboles, la piedra donde hemos resbalado anteriormente, el rosal silvestre que te hizo un mosquero tu camiseta, un último vistazo al pozo de mis penas y llegar a Tollos. Son las 17 horas 50 minutos. 7 horas y medía de marcha.


La ruta es larga, no tiene más dificultad que la distancia, sobre unos 25 a 30 kilómetros. Hay que llevar agua en abundancia, 3 litros por persona no es un mal cálculo. No se encuentra ninguna fuente, algo raro pues al otro lado de la sierra de Alfaro, en la mismas Facheca y Famorca encontramos fuentes a cualquier nivel.