sábado, 19 de enero de 2008

Puig Campana


Entre las montañas de Alicante si la Aitana es la reina, el Puig Campana es el rey, con 1408 metros de altura, se alza imponente sobre la costa con su conocido Tajo de Roldán o Portell. Es sin dudas la ruta más exigente de las expuestas hasta ahora.
Esta ruta nos suponía todo un desafío, en más de una ocasión lo habíamos planeado y por alguna razón siempre los dejábamos para más adelante, con mi hermana Nuria con la que comparto afición estuvimos a falta de poner fecha pero una inoportuna lesión de rodilla se interpuso otra vez.

Fue después de una escapada por los Pirineos, cuando volviendo por la autopista de Valencia pasamos otra vez bajo su sombra, cansados, requemados por la nieve y con alguna que otra ampolla en los pies,…el próximo serás tú, pensamos.

Hay dos formas de atacar la cumbre (que sepamos), una es por la cara sur, la conocida pedrera (PR- V14), otra es por la cara norte por el Coll del Pouet (PR-V289). La primera corta pero muy dura y donde tendremos que superar un desnivel de 1000 metros en unos 4 kilómetros, la segunda larga aunque menos penosa.

Hicimos alguna salida de aproximación para localizar los accesos, buscamos referencias y acumulamos documentación como de costumbre. Fijamos la fecha y preparamos el equipo y en una última reunión elegimos la Pedrera como ruta de subida y el Coll del Pouet como bajada, así confeccionábamos una especie de ruta circular aprovechando los dos PRV.



La anécdota del día fue que cuando llegamos a aparcamiento de la Font del Molí y fuimos a cerrar las ventanillas, la del conductor dijo que no y se quedó abajo del todo, tuvimos que coger plásticos que encontramos por ahí y con la ayuda de un rollo de papel precinto hicimos un apaño de urgencia, ese día tocaba montaña y no cabía la vuelta atrás.

Después de este contratiempo iniciamos el recorrido a las 8:15 de la mañana y volvimos al mismo sitio a las 14:09, unas 6 horas de recorrido.


La ruta parte desde el pueblo de Finestrat, tenemos que llegar al área recreativa de la Font del Molí, aquí podemos dejar el coche y coger la pista que nos dirige hacia el Puig, cruzamos un puente y nos encontramos con un poste indicador de los PRV que salen desde este punto.


Cogemos la ruta señalada como PRV 14, esta primera aproximación discurre entre pinos por un sendero con marcas blancas y amarillas hasta la base la pedrera que como un enorme canal divide en dos a la montaña. Si desde lejos aparenta ser casi vertical cuando estás a sus pies te das cuenta que las apariencias no engañan y además de su casi verticalidad se suma la dificultad de la piedra suelta. Nos ha llevado una hora el llegar hasta la base son las 9:15.



Nosotros paramos allí, bebimos, comimos y recuperamos fuerzas para empezar lo mejor posible la ascensión, y esto mismo es lo que recomendamos. Es preferible tomarse la subida con calma y hacer todas las paradas que se necesiten. Nos dirigimos hacía la derecha del canal ayudados por las marcas de pintura, intentando evitar en lo posible la piedra suelta que aún hace más penosa la marcha.
A pesar de que la subida es muy dura es cierto que lo que para ti es así para otros no y viceversa, mientras subíamos con el corazón en la garganta nos pasaron dos mozos corriendo, si, corriendo, en pantalones cortos y con una botellita de agua a la cintura y sin gestos aparentes de cansancio, otros que iban con garrafas de agua a la espalda con un paso más normal, y unos pocos aparecían sentados en alguna roca intentando recuperar el aliento.
Tras una hora y tres cuartos de ascensión se llega al collado, nos desviamos un poco para hacer unas fotos al impresionante espolón del Pico del Águila que sobresale sobre la pedrera. (10,42)

Solo nos queda dirigirnos hacia la derecha (Este) buscando el punto más alto de la montaña, cogemos uno de los senderos que aparecen marcados y llegamos al vértice geodésico. (11,26)
Nos podemos, y debemos, tomar todo el tiempo del mundo para poder disfrutar de la panorámica que nos ofrece la cima del Puig, seguramente las mejores vistas entre todas las que nos ofrece la montaña Alicantina.
Es hora de reponer fuerzas, nos cambiamos las camisetas mojadas como si hubiéramos salido de la ducha, comemos, bebemos, sacamos fotos de un lado, del otro, parece que cualquier excusa es buena para no salir de allí.

Para el descenso volvemos al collado y esta vez nos desviamos hacía el norte, aquí desemboca el sendero que nos dirige hacía el Coll del Pouet.


Este sendero discurre en zigzag por la vertiente norte del Puig y en cuanto lleguemos al Coll nos encontraremos con las marcas de PRV y se ensancha en forma de pista forestal, pasamos por el refugio metálico del Centro Excursionista de Alicante.



El final de esta ruta acaba justo en el mismo sitio donde lo iniciamos, son las 14:09, 6 horas aproximadamente de recorrido y mucho cansancio, pero, como siempre, contentos, muy contentos por haber disfrutado de una experiencia única.


El Puig ha entrado en nuestro recuerdo con la categoría de mito, lleno de esfuerzo, de belleza, de anécdotas y de dureza.


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